Para muchísima gente un evento social, una cena familiar o una salida con amigos representa todo un desafío: deberá pedir un menú especial, echar mano a su fuerza de voluntad o sufrir al día siguiente trastornes estomacales, ausentarse del trabajo o pasar toda la jornada tirada en la cama.
Es que además de ser muy comunes, los trastornos digestivos nos afectan la calidad de vida y es la principal causa de ausentismo laboral en trabajadores de 25 a 45 años.
Cuando vamos a consultar al médico solemos decir que tenemos “digestión lenta”, pero los síntomas que describimos abarcan una serie de condiciones que los médicos definen con otras palabras. Es decir, que lo que para nosotros es una indigestión, para los médicos suele ser otra cosa.
1- Indigestión o dispepsia:
Lo que familiarmente llamamos “empacho”, un poco más precisamente “indigestión”, los médicos llaman “dispepsia”.
Se define como dispepsia a cualquier dolor o molestia que se localiza en la parte superior y central del abdomen, es decir que implica esófago y/o estómago.
La dispepsia afecta al 35% de las personas que habitan en países occidentales. Generalmente comienza a partir de los 40 años de edad afectando en la misma proporción a hombres y mujeres. Su origen es incierto y resulta ser una enfermedad en si misma (dispepsia funcional) o un síntoma de alguna enfermedad gastrointestinal (dispepsia secundaria).
En la dispepsia se presentan síntomas como dolor, ardor, distensión, saciedad precoz, plenitud, eructos, náuseas o vómitos, durante al menos un mes, en forma continua o intermitente.
- Dispepsia secundaria: los síntomas de dispepsia pueden ser debidos a patologías como gastritis, úlcera, enfermedad del páncreas, etc.
- Dispepsia funcional: es la más frecuente, la que no existe una enfermedad que la provoque. La única forma de diagnosticar una y otra dispepsia es mediante una endoscopia de la parte superior del sistema digestivo.
Hablaremos de esta dispepsia funcional, cuyas causas no están muy claras aún. Pero se observa cuando comemos en cantidad superior a lo habitual, cuando hay intolerancia a ciertos alimentos y bebidas (proteínas animales, gluten, café, alcohol, lácteos), situaciones de estrés, mascar chicle y el hábito de fumar.
En estos casos los médicos suelen recetar medicamentos para tratar los síntomas, acelerar la movilidad digestiva. También te dará una dieta eliminando en forma alternada alguno de los alimentos mencionados.
De hecho se ha demostrado que la dieta sin gluten, seguida durante 18 meses, en personas con síntomas de dispepsia y endoscopia dentro de la normalidad, ha demostrado un alivio de los síntomas en el 92% de los pacientes.
También hay que tener en cuenta que después de los 60 años los órganos del aparato digestivo no funcionan tan bien como antes y tienen una movilidad reducida. Por eso a esta edad es más frecuente sentirse “empachado” o con indigestión.
En el tratamiento es clave recuperar la motilidad gástrica normal para que las enzimas presentes puedan actuar sobre los alimentos “estancados”. Desde hace siglos algunos tés e infusiones han sido utilizados con este fin, con buenos resultados. Los clásicos indicados son el té verde, té de menta , té Rooibos, té de manzanilla, té chai y hierbas varias que se incluyen en los tés desintoxicantes.
2- Gastroparesia:
Esta es otra condición que cuando la padecemos, solemos decir que tenemos “digestión lenta”. La gastroparesia es una enfermedad que afecta el movimiento normal espontáneo de los músculos del estómago.
Por lo general, las contracciones musculares fuertes impulsan los alimentos por el tubo digestivo. Sin embargo, si tienes gastroparesia, la motilidad del estómago se hace más lenta o no funciona, lo que impide que el estómago se vacíe como corresponde.
Los síntomas se asemejan a los de una intoxicación, pero se presentan más seguido y duran más tiempo:
- Vómitos
- Náuseas
- Sensación de saciedad luego de haber comido solamente unos bocados
- Vómito de alimentos no digeridos consumidos unas horas antes
- Reflujo ácido
- Hinchazón abdominal
- Dolor abdominal
- Cambios en el nivel de azúcar en sangre
- Falta de apetito
- Pérdida de peso
La gastroparesia no es tan común como otros trastornos gastrointestinales. De cada 100,000 personas, alrededor de 10 hombres y alrededor de 40 mujeres tienen gastroparesia. Pero es mucho más frecuente si la persona tiene diabetes.
Esta enfermedad se atribuye a una mala función del nervio vago. Este nervio ayuda a controlar los procesos complejos en el tubo digestivo, como indicar a los músculos del estómago que se contraigan y empujen los alimentos dentro del intestino delgado. Un nervio vago dañado no puede enviar las señales a los músculos del estómago correctamente. Esto puede provocar que los alimentos permanezcan en el estómago por más tiempo, en lugar de trasladarse al intestino delgado para ser digeridos.
Si tienes los síntomas mencionados muy frecuentemente, es mejor consultar al médico.
3- Reflujo gástrico:
Esta es otra de las condiciones que los pacientes confundimos con indigestión o digestión lenta. El médico al estudiar nuestros síntomas y hacer pruebas podrá diagnosticarlo correctamente.
El reflujo gástrico ( o también gastroesofágico) ocurre cuando el contenido del estómago se devuelve al esófago y causa acidez. Esto ocurre generalmente en las horas siguientes a las comidas, también produce náuseas, sensación de hinchazón e impide que el estómago pueda digerir bien los alimentos.
En general se debe a que la unión entre el esófago y el estómago, el esfínter, está dañado y no se contrae debidamente. Los alimentos vuelven al esófago porque esa vía se relaja cuando no debería hacerlo.
En Latinoamérica, el 15% al 25% de las personas padecen reflujo gástrico al menos 2 veces por semana. La incidencia es mayor en personas obesas o de vida sedentaria.
Siendo la acidez el síntoma más molesto, el médico suele indicar antiácidos. También puede indicar una endoscopía y el tratamiento puede incluir cambios en la dieta, hacer ejercicio físico, bajar de peso o una cirugía para corregir la falla des esfínter.
Se ha comprobado que aunque el café aumenta el reflujo gástrico, el té y algunas infusiones lo disminuyen. De hecho, en China, la incidencia del reflujo gástrico es sólo del 5% y se cree que la costumbre de tomar más té y menos café sería lo que causa este bajo número.
Si sufres de reflujo gástrico los tés que pueden aliviar los síntomas son los que contengan canela y jengibre como el té chai, si es con leche descremada o vegetal mucho mejor.
Evita los tés de frutas ácidas, como el limón o naranja, y los tés con más cafeína, como el té negro puro.
Si tienes los síntomas descriptos en este artículo frecuentemente, es necesario que hagas una consulta al médico.
Fuentes:
-Journal of neurogastroenterology and motility