Hasta el siglo 19 se creyó que la teína, el alcaloide presente en el té, era una sustancia diferente de la cafeína. Pero en 1827, estudiando la composición del té, se descubrió que la cafeína y la teína eran químicamente idénticas, con la siguiente fórmula: C8H10N4O2 .
Incluso el alcaloide presente en el refresco guaraná y la mateína (de la yerba mate) son la misma sustancia que la cafeína y la teína.
Molécula idéntica en concentraciones diferentes:
Es sabido que una taza de café tiene mucha más cafeína (o teína) que una de té, puede llegar a 6 o 7 veces más.
Pero los científicos encontraron que la cantidad de teína en el árbol de té Camellia sinensis varía mucho según las condiciones de cultivo. Estas variaciones son más grandes que las producidas por el proceso de fabricación del té (oxidación, fermentación, etc.), que es lo que determina que el té sea verde, negro, rojo o blanco. Normalmente el té verde tiene menos teína que el negro, que es más oxidado. Pero el té verde japonés, que se cultiva en condiciones muy distintas tiene mucha más teína que el té negro chino. c Solamente se logra un té con mayor cantidad de este alcaloide cuando se prepara “más cargado”, es decir cuando las hojas de té o la bolsita se deja más tiempo sumergida en el agua. Un té preparado dejando 2 minutos la bolsita en el agua tendrá menos teína que uno dejado 5 minutos, sin importar la variedad de té que se esté usando.
Por ejemplo, para obtener 100 mg de cafeína o teína, deberíamos beber:
- 350 ml de Coca Cola
- 350 gr Chocolate con leche
- 350 ml de refresco de Guaraná
- 500 ml de té negro
- 900 ml de refresco con cafeína
- 1,20 litros de té verde
Es decir, que aunque la sustancia principal que contienen té y café es la misma, cafeína o teína, esta molécula tiene un efecto muy diferente en cada bebida debido a la cantidad presente. Pero no es el único motivo.
Cafeína y Teína son como gemelos: idénticos, pero diferentes
Así como los gemelos idénticos que comparten el mismo ADN (y el mismo sexo) tienen diferencias físicas sutiles e indudablemente personalidades distintas, la cafeína y teína también son moléculas distintas, pero actúan diferente. Es el ambiente el que influye en su comportamiento.
Se dice que la cafeína excita y la teína estimula. Pero no es solamente la concentración presente en el té y el café lo que logra la diferencia.
En el café y las bebidas que contienen cafeína, esta molécula está libre, sin unirse a otras sustancias. Eso hace que cuando bebemos café éste se absorbe muy rápidamente, y en 5 minutos ya está en la sangre.
Del torrente sanguíneo la cafeína pasa al cerebro. Allí compite con la adenosina, una sustancia de estructura muy similar, natural, que permite al cerebro “saber” cuando nuestro cuerpo está cansado. Como la cafeína se une a los receptores de adenosina, los bloquea, y como resultado nos sentimos descansados. A las 3 o 4 horas de tomar café o coca cola, ya se eliminó toda la cafeína por los riñones.
En el té, esta molécula está rodeada de minerales (magnesio, calcio, zinc) y de polifenoles, que son justamente los que le otorgan al té sus propiedades antioxidantes. Esto hace que necesite más tiempo para ser absorbida por nuestro organismo, aproximadamente 6 horas para pasar del intestino a la sangre. Por lo tanto, cuando llega al cerebro lo hace más lentamente y el efecto logrado es estimulante, no excitante como la cafeína del café.
Además, la teína dura más tiempo en nuestro organismo, hasta 12 horas. Esto hace que cuando el efecto estimulante del té desaparezca uno no se sienta repentinamente muy cansado, que es lo que ocurre cuando el café deja de hacer efecto.
Tu estómago conoce bien la diferencia:
Las personas que sufren de acidez, gastritis o reflujo esofágico tienen bien claro que una taza de café puede resultar muy dolorosa. Es que, si el estómago está vacío, la alta concentración y la rápida disponibilidad de la cafeína “libre” hace estragos en la mucosa estomacal, irritándola y provocando la clásica sensación de fuego o dolor.
Estas personas eligen tomar té: saben por experiencia que cuando ingieren esta bebida, la teína (o cafeína) que contiene no les hace daño. Esto es porque la molécula necesita más tiempo para liberarse de las otras sustancias a las que está unida, por lo que su paso por el estómago no es irritante. Y por supuesto, un té contiene menos cafeína que un café.
Así que cuando escuches decir que el té no tiene cafeína sino teína, recuerda que son sinónimos por su estructura química pero su acción es bien distinta.
Fuentes: