El té es la bebida que más se toma en el mundo, después del agua. Aunque se le han atribuído al té mucho beneficios para la salud desde el comienzo de su historia, la investigación científica de esta bebida y sus componentes ha estado en marcha durante unos 30 años.
El primer registro de que el té no solamente era una bebida que valía la pena disfrutar por su sabor y aroma es del año 300 antes de Cristo. Increíblemente, ya en esa época un médico (Hua Tuo), realizó un estudio bien organizado en sus pacientes y describió cómo beber té todos los días mejoraba la salud de sus pacientes o parecía prevenir ciertas enfermedades.
En el siglo XXI ya se han realizado unos 2000 estudios científicos relevantes sobre el efecto del té en la salud. En el libro Medicina herbaria: aspectos biomoleculares y clínicos, utilizado como texto de estudio en la Universidad de Florida, los autores han intentado recopilar todos los estudios aprobados y publicados en el ámbito científico que muestran los efectos del té sobre la salud, así como la cantidad y tipo de té que se recomienda beber.
¿Es el té o es la cultura?
Un problema que surge con frecuencia en los estudios es que el consumo de té está asociado a otras variables culturales. Por ejemplo, se toma mucho más té en Oriente que en Occidente, por lo cual se podría esperar que la gente fuera más saludable en Asia. Y de hecho lo es, pero hay otros factores que inciden en ello, por ejemplo, el menor consumo de carne vacuna grasa o el mayor consumo de proteínas vegetales.
Por otro lado, en todo el mundo, la gente que toma té en lugar de café suele cuidar más su cuerpo, no tomar alcohol o hacer ejercicio. Y la gente que prefiere el café generalmente fuma.
Así que al final, resulta difícil saber si son más saludables por tomar té o por el resto de sus habitos.
Así que los autores del libro mencionado se han concentrado en los estudios que hablan del beneficio de los dos componentes más importantes del té: los polifenoles ( entre ellos las catequinas) y la cafeína. Estos dos tipos de compuestos están presentes en cantidades variables según el tipo de té. Usualmente los estudios científicos se basan en el uso de té verde, negro, oolong y blanco como bebida diaria, durante un tiempo moderado o largo, como mínimo 1 año.
Efectos de beber té todos los días
Teniendo en cuenta sólo estos 2 grupos químicos, éstos son algunos de los efectos del té en el cuerpo humano:
- Influencia en la salud cardiovascular: Este es el efecto más estudiado y comprobado.Casi todos los estudios han probado que las personas que consumen cantidades moderadas o altas de té verde o negro (o flavonoides de todas las fuentes dietéticas) tienen un riesgo reducido de enfermedad cardiovascular y, especialmente, de accidente cerebro vascular (ACV).
Esta disminución de riesgo también se observó en las personas que tomaban catequinas en píldoras de suplementos dietéticos y va acompañado de disminución del colesterol LDL (“colesterol malo”), de la presión arterial y de la formación de coágulos que circulen por la sangre.
- Prevención o inhibición del cáncer: En estudios de laboratorio, se ha demostrado que los extractos de té verde y los polifenoles del té administrados por separado inhiben una amplia variedad de cánceres; el té negro ha sido menos estudiado porque tiene menos polifenoles.
Existen muchas teorías sobre cómo estos compuestos pueden tener efectos anticancerígenos, por ejemplo, al inducir el suicidio celular en las células cancerosas y al inhibir el factor de crecimiento de la insulina (una proteína involucrada en la proliferación celular).
Pero sobre todo los efectos son observados a simple vista cuando se estudian estadísticas de casos de cáncer y cómo disminuyen en zonas donde el consumo de té verde es mayor debido a cuestiones culturales. Los ensayos clínicos, es decir, experimentos con pacientes con cáncer tratados con polifenoles, son todavía pocos, pero se están haciendo en cáncer de próstata, combinando el té verde con la radiación.
- Diabetes: La mayoría de las investigaciones han relacionado el té o los compuestos o las catequinas con el control mejorado del azúcar en la sangre o la reducción del riesgo de diabetes tipo 2.
- Disminución de peso: el estudio más relevante fue sobre las estadíscticas de la enorme Encuesta de Salud y Nutrición de Estados Unidos entre los años 2003 y 2006. Hubo una clara relación inversa entre el tamaño de la cintura de los encuestados y la cantidad de té verde que tomaban. El mecanismo de acción parece relacionado al efecto diurético y quema – grasas de la cafeína.
- Salud mental: los estudios en seres humanos han sido limitados casi exclusivamente a personas mayores de 60 años, mostrando que tenían menor deterioro cognitivo los que habían bebido cualquier tipo de té en los últimos 10 años. En animales de laboratorio se ha probado en muchas ocasiones el efecto de la cafeína en el aumento del aprendizaje y el estado de alerta. También un aminoácido llamado teanina presente en el té mejora la concentración.
- Enfermedad de Parkinson: Un estudio de 2008 publicado en el American Journal of Epidemiology demuestra que las personas que bebieron más té negro, pero no el té verde, tenían un riesgo mucho menor de padecer la enfermedad de Parkinson que los no bebedores.
- La salud ósea: Los estudios de laboratorio muestran que los polifenoles del té tienen efectos beneficiosos sobre los factores que afectan la masa ósea y la resistencia ósea y, por lo tanto, pueden ayudar a proteger contra la osteoporosis. Los huesos también pueden beneficiarse del fluoruro en el té. Casi todos estos estudios fueron realizados en mujeres postmenopáusicas que habían tomado té verde todos los días por varios años.
- ¿Afecta el ADN? : Muy recientemente, en el año 2017, se ha realizado un estudio en Europa sobre 3000 personas en el área de la epigenética. Esta parte de la genética estudia cómo y por qué algunos genes que llevamos en nuestro ADN nunca se expresan o activan y otros sí lo hacen, y por qué esto es variable de una persona a otra.
La activación de un gen puede resultar en la aparición de una enfermedad o en la protección contra alguna de ellas. Los genes se expresan por cambios químicos que ocurren a su alrededor y se vió que en las mujeres estudiadas que consumían té hubo cambios genéticos en 28 zonas del ADN, justamente las relacionadas con el crecimiento y la prevención del cáncer.
Esta sería justamente la causa por la que se ha observado que el té previene el cáncer como describimos en un punto anterior. Llamativamente, estos cambios genéticos no se observaron el hombres ni en las personas que consumían café, por lo que estarían asociados al consumo del té.
Los beneficios de tomar té regularmente han sido descriptos durante siglos, y estos que hemos mencionado son sólo un resumen de ellos. Para ver todos los beneficios de tomar distintos tipos de té, por favor visita nuestras secciones sobre
Fuentes:
- Medicina herbaria: aspectos biomoleculares y clínicos
- Berkeley, Universidad de California
- Encuesta Nacional de Salud y Nutrición
- American Journal of Epidemiology